Proyección de resultados sobre los datos de las elecciones catalanas de septiembre de 2015


resultados realesComo ya ocurriera en otras ocasiones, El archipiélago Gadzooks! trata uno de sus temas favoritos: la política ficción.

Tras las recientes elecciones autonómicas catalanas (con el permiso de quienes quieran llamarlas de otra manera, sea ésa «elecciones plebiscitarias» o «puta mierda de los putos catalufos de mierda» o «elecciones al senado galáctico de Ponylandia»), un tema recurrente en la resaca electoral española emerge en las barras de los bares y en las ágoras del intelné: la puñetera ley electoral actual, vulgarmente conocida como «ley D’Hondt», que aquí odiamos mucho pero que mucho perjudique a quien perjudique o favorezca a quien favorezca en cada caso (lo que viene siendo tratar de tratar el tema con objetividad y rigor, o dicho en silver: no tener un morro que te le pisas).

 

¿Por qué llevar a cabo, una vez más, el fútil ejercicio de trasladar los resultados de unas elecciones reales a sistemas electorales meramente hipotéticos?: por diversas razones: primero, porque hacer hojas «excell» es bastante divertido; y, segundo, porque  en estas elecciones se ha dado una circunstancia que nos fuerza a tomar estas proyecciones como meramente ficticias y nada más, dado que una de las advertencias previas que se han señalado en ocasiones anteriores tiene en el caso que nos ocupa una importancia capital. Aquélla no es otra que la de que los partidos políticos presentan sus candidaturas teniendo en cuenta la ley electoral que se va a aplicar, y, por tanto, E.R.C y C.D.C no habrían conformado una sola lista si el sistema de reparto previsto fuera el sistema Hare, que no favorece a las candidaturas que obtienen los mejores resultados (y por tanto hace absurdo crear coaliciones), en vez del D’Hondt, que es el que se aplica, el cual sí favorece a la candidaturas «grandes» -y por ende incentiva la conformación de «bloques»-.

 

Factores que se van a «analizar»

El uso del sistema D’Hondt es uno de los tres factores que influyen en la falta de proporcionalidad entre los votos recibidos y los escaños obtenidos (y, en consecuencia, la quiebra del principio de la igualdad del voto). Los otros dos son la existencia de más de una circunscripción (sobre cuya supresión se presentan dos modelos) y la barrera de entrada del 3% del voto válido que hay que superar para entrar al reparto.

Sobre estos factores hay que señalar dos cosas:

1) En lo que concierne a la barrera de entrada del 3% del voto válido, el ascazo que despierta es tal que directamente ha sido suprimida. Sobre las consecuencias de las barreras de entrada y sobre la importancia de remarcar que esas barreras son sobre el total de voto válido nos remitimos a una antigua entrada de este mismo blog en la que se intentó, sin éxito alguno, explicar a quien leyere por qué es una memez votar en blanco.

2) Es difícil cuantificar qué papel juega cada uno de esos tres factores por separado en la tergiversación de la voluntad general que hace nuestro querido sistema electoral. Se agradecen comentarios al respecto.

 

Resultados reales

Los resultados reales de las elecciones catalanas del pasado 27 de septiembre de 2015 fueron los siguientes:

resultados realesComo puede verse en la tabla, concretamente en la columna a la derecha del todo, el sistema electoral vigente provocó que JxS tenga un porcentaje de diputados alrededor de 6’5 puntos porcentuales por encima de su porcentaje de voto. La segunda fuerza en número de votos en estas elecciones, Chutatáns, también se ve beneficiada (aunque tampoco mucho, oye).

 

Resultados con circunscripción única (aplicando el sistema D’Hondt)

El sistema D’Hondt no tergiversa en exceso la expresión del voto. Es como tomarse un par de pares de cervezas, que tal vez no andes recto del todo pero sin llegar a hacer eses. En cambio, prueben a meter en cada cerveza un chupito de vodka. Pues eso es lo que pasa cuando al sistema D’Hondt le añadimos la payasada injustificable de elegir por circunscripciones.

dhondt 1 circComo puede apreciarse en la hermosa y colorida tabla que inmediatamente precede a esta frase, la diferencia entre porcentaje de votos y porcentaje de escaños que habría provocado el sistema D’Hondt de haberse aplicado sobre Cataluña en tanto que única circunscripción no habría sido muy grande.

(Las dos últimas columnas de la tabla señalan lo siguiente: sobre fondo azul, el último cociente que otorgó un escaño a cada partido con los datos utilizados; y, sobre fondo amarillo, el primer cociente que no otorgó escaño a cada partido -con los datos utilizados-).

Resultados con circunscripción única (aplicando el sistema Hare)

Con los datos que estamos usando, el reparto de escaños en Cataluña habría quedado del siguiente modo si se hubiera aplicado el sistema Hare (con circunscripción única):

hare 1 circEl sistema Hare, además de ser bastante más sencillo que el D’Hondt, pare repartos de escaños de lo más bonico, plural, florido y hermoso, ya que no favorece a los partidos más votados. Tal vez suene rebuscado expresarlo así, pero no sería estrictamente cierto, sino una media verdad, decir que el sistema Hare «favorece a los minoritarios»: sólo es cierto en el contraste con lo que «hace» el sistema D’Hondt, pero dado que éste favorece a los mayoritarios.

Como puede verse, las diferencias en puntos porcentuales entre votos recibidos y escaños son mínimas, no superando el 0’5 en ningún caso. Parece difícil imaginar un reparto de los 135 escaños entre las candidaturas que provoque desviaciones menores.

Por qué deben ser odiadas a muerte circunscripciones

Se utilice un sistema de reparto u otro, el hecho de que existan circunscripciones es un riesgo permanente en lo que a la igualdad del voto se refiere. Esto queda claro cuando ocurren cosas (y hay ejemplos históricos de ello) como que un partido con menos votos tenga más escaños.

La existencia de circunscripciones sólo tiene aspectos negativos: hace peligrar la igualdad del voto, alimenta la perversión que es el voto útil y desincentiva la participación activa de los simpatizantes de partidos minoritarios en las circunscripciones poco pobladas, refuerza el prejuicio nacionalista que las justifica («¡queremos diputáos daquí para que defiendan lodaquí!»)…  ¿Y a quién benefician?: sin que sea una respuesta a esta pregunta, si quieren ver cómo el señor Barreda y la señora Cospedal trataron de hacer unas marrulladas muy gochas gracias a la existencia de circunscripciones, no dejen de leer aqueste estupendo artículo de Politikon.

Lo peor, por elegir algo, de las circunscripciones, es su rigidez. Da igual la participación: la provincia «x» va a mandar «y» diputados voten uno o voten mil. A continuación se muestra una tabla en la que se señala la desproporción que esto ocasiona por sí mismo, siguiendo con los mismos datos de todo el post.

escons x provinciaEn la segunda tabla, se sugiere cuántos escaños debería haber proporcionado cada provincia de haber tenido en cuenta los votos emitidos en ella. Como puede verse, la utilización del sistema Hare provoca desviaciones mínimas.

Aun ponderando el número de diputados que se elijan por cada una de las circunscripciones, la mera existencia de éstas es un peligro latente para recta representación la voluntad general.

 

Hasta aqui la emisión de hoy.
La entrada se editará a medida que haya muchos comentarios sacando fallos.

 

 

 

 

Acerca de kyriosfnet

cada vez que pongo algo en el blog, muere un gatito.
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4 respuestas a Proyección de resultados sobre los datos de las elecciones catalanas de septiembre de 2015

  1. Luis Alipio dijo:

    Me encanta que expliques la sistema Hare desde la estética: entiendo que Hare permite que el hemiciclo tenga más colorines y eso mola, mientras que el D’Hondt menos y eso no mola tanto.
    Quizá suene a locura, pero ¿qué pasaría si en vez de 4 circunscripciones hubiese más, tantas como comarques or municipis?

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  2. kyriosfnet dijo:

    «¿qué pasaría si en vez de 4 circunscripciones hubiese más, tantas como comarques or municipis?»: pues habría que calcularlo. LLegué a hacer una tabla simulando un reparto por Hare en cada una de las cuatro circunscripciones a día de hoy existentes, pero de los resultados no me parecía que se siguiese nada interesante. Seguramente, si, como propones, se simulara un reparto por veguerías (¿»comarques»?, como se nota que aprendiste catalán en El Carxe) habría una mayor desviación (tanto con D’Hondt como con Hare). Habría que ver las proyecciones para confirmarlo, pero, en lo que viene siendo mi trato con casos concretos, a mayor número de circunscripciones, mayor desviación. Como muestra de ello nos pueden valer cualesquiera resultados de unas elecciones generales.

    Lo tachas de locura, pero cada vez está más reforzada la opinión favorable a aumentar (aún más) el número de circunscripciones en Ejjjpaña.
    Por un lado, rollo nacionalista, que podríamos resumir en «ein terruño, ein identidad, ein circuscripción» (nel nueso reynu, por exemplu, te hay quien viene defendiendo que haya circunscripción berciana para tener diputáos con corazón de botillo). Detras de esto hay una concepción de la pluralidad como mera yuxtaposición de homogeneidades primigenias. Y eso está muy mal muy mal pues hace llorar al niño jesús y a Deleuze ni te cuento («defenderá mis intereses porque somos del mismo lugar» pues todos los que habitamos un lugar tenemos intereses no solo compatibles, sino similares).
    Por otro, una postura habitualmente defendida por estos sabelotodos contemporaneos llamados «liberales de andar por casa» es lo más de lo más: el rollo de las circunscripciones o distritos uninominales que nos permiten tener «mi diputado», en paralelo a «mi peluquero», «mi estetisién», «mi profe de pádel», «mi couch»… Es el sistema británico, que provoca unas desviaciones de aquí te espero.

    Mi defensa del sistema Hare no es «estética». Estéticas son las tablillas que he preparado, con esa horripilante combinación de colores. El sistema Hare es chupiguáy pues fomenta la pluralidad, el respeto a las minorías y la publicidad (lo que hoy se llama, rebajado, «transparencia»).

    Las circunscripciones tienden a favorecer a los oligarcas locales.
    Mi cacique es mi pastor, nada me falta.

    PD. Sales muy guapín en el video ese, pero no deberías dejar qeu te graben cuando hay luna llena.

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  3. William S. Jevons dijo:

    Bueno, primero de todo, un análisis de como quedarían los resultados electorales por veguerías, para complementar al que se ha hecho en el blog: http://blog.elespanol.com/elecciones-catalanas/un-sistema-proporcional-habria-dejado-al-independentismo-catalan-sin-mayoria-absoluta/

    Y luego volvemos al debate Hare o D’Hondt… Yo soy fan de D’Hondt porque creo que está bien premiar la creación de partidos grandes, o de coaliciones que es algo que en este país se lleva poco pero podría ser muy interesante al final. Pero claro este sistema está viciado en España debido a la elección de circunscripción por provincias que es donde se produce la distorsión. Un avance hacia un sistema electoral con circunscripción por CC.AA. podría ser bastante interesante…

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  4. ¿Pero creéis en serio que la circunscripción no provincial sino municipalista o por CCAA solucionan el problema? ¿Un pobre habitante de Carabanchel cuyo voto cuente una centésima parte del votante de Aldeaperejil con 100 habitantes? ¿ CCAA desiertas como CyL frente a los 8 millones de andaluces? Circunscripción única sería lo más parecido a «un ciudadano un voto». No veo del todo que eso impida las coaliciones que se den posteriormente, en principio no deberían multiplicarse los partidos ya existentes con este sistema, así que no creo que se diera tanto una dispersión del voto como una merma de los escaños de PPSOE. De todas formas me preocupa más el tema de las agrupaciones por packs demográficos para el reparto en los presupuestos generales del Estado. Sueño por las noches con que el post siguiente Fran me cuenta en qué circunscripción cuelan a los 2 millones de censados en el extranjero….

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